Con la llegada del cambio de horario en Chile, surge la preocupación sobre cómo esta modificación puede afectar a los más pequeños. Jonathan Martínez Líbano, director del Magíster en Educación Emocional y Convivencia Escolar de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales (FECS) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), destaca los principales efectos que este cambio puede tener en los niños.
"El cambio de hora puede tener varios efectos en los niños, siendo el más notable la alteración de sus patrones de sueño", explica Martínez. Además, sostiene que esta se debe a cómo el cambio de hora impacta en su ciclo circadiano, el cual regula el sueño y la vigilia, así como otras funciones biológicas.
Según el experto “los niños, cuyos ciclos circadianos son especialmente sensibles, pueden experimentar una desincronización entre su reloj interno y el nuevo horario externo". Esto puede llevar a una disminución en la calidad y cantidad del sueño, cansancio durante el día, irritabilidad y dificultades de concentración.
Martínez también destaca que "la capacidad de los niños para adaptarse al cambio de hora está influenciada por varios factores, como la edad, las rutinas diarias y el apoyo emocional de los padres y cuidadores".
Para identificar si un niño está teniendo dificultades para adaptarse al nuevo horario, el experto señala que "se deben prestar atención a señales como problemas para conciliar el sueño, fatiga, irritabilidad y cambios en el apetito y en las actividades".
En ese sentido, Martínez ofrece algunas estrategias para ayudar a los niños a ajustarse al cambio de horario de manera más suave, tales como:
- Ajuste gradual de horarios: Comenzar a ajustar gradualmente los horarios de sueño de los niños unos días antes del cambio de hora. Esto puede hacerse adelantando o retrasando la hora de acostarse y de levantarse en incrementos de 15 a 20 minutos cada día. Este enfoque gradual ayuda a que el reloj biológico del niño se sincronice de manera más natural con el nuevo horario.
- Actividades relajantes antes de dormir: Incorporar actividades relajantes en la rutina nocturna, como leer un libro, escuchar música suave o ducha caliente, para ayudar a los niños a relajarse y prepararse para dormir.
- Establecimiento de rutinas regulares: Establecer rutinas regulares para las comidas, el juego y el sueño, ya que proporciona un sentido de previsibilidad y seguridad para los niños durante períodos de cambio. Además, evitar la exposición a pantallas electrónicas al menos una hora antes de dormir, ya que la luz azul emitida por estos dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.
- Exposición a la luz natural y actividad física: Durante el día, fomentar la exposición a la luz natural y la participación en actividades físicas al aire libre puede ser beneficioso para reajustar el reloj biológico de los niños y promover un estado de ánimo positivo.
- Apoyo emocional: Brindar apoyo emocional clave para los niños. Los padres y educadores deben mostrar paciencia, comprensión y empatía, reconociendo y validando los sentimientos de los niños. Hablar con ellos sobre el cambio de horario y cómo puede afectarles, y asegurarse de que se sientan escuchados y apoyados, puede hacer una gran diferencia en su capacidad para adaptarse.
Con el apoyo emocional adecuado y la implementación de estas estrategias prácticas, podemos garantizar que los niños mantengan su bienestar físico, emocional y académico durante este período de cambio.