El Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia hizo un sentido llamado a la comunidad de Atacama a ser parte del programa de familias de acogida, una iniciativa que busca evitar que niños, niñas y adolescentes deban ingresar a residencias mientras se resuelve su situación familiar. Actualmente, cinco niños menores de cinco años en la región viven en centros residenciales, cuando podrían estar creciendo en el entorno protector de una familia.
“Tenemos un desafío como país y como región: aumentar el número de familias de acogida. Queremos reiterar el llamado a la sociedad, y en particular a los habitantes de Atacama, sobre lo importante que es que los niños menores de 3 años no tengan que llegar a vivir a una residencia”, enfatizó César Guzmán, director regional del Servicio. “Ser familia de acogida significa ser protagonistas de un cambio significativo para un niño o niña, incluso cuando se trata de un período acotado”, agregó.
En abril de este año, el Servicio atendió a más de 113 mil niños, niñas y adolescentes a nivel nacional, de los cuales el 80,3% recibió atención ambulatoria —es decir, sin ser separados de sus familias— y un 4,5% vivió en residencias. Solo un 8% de quienes están bajo la tutela del Estado pudo acceder al cuidado temporal de una familia de acogida.
Una de esas familias es la de Sindy Salazar y Vladimir Tobar, de Caldera, quienes hoy acogen a dos hermanos de uno y dos años. “No tenemos miedo al momento en que se vayan con su familia definitiva. Lo importante es que les dejamos regalos emocionales para toda la vida”, señala Sindy. “A veces ha sido un caos… pero es un caos de amor”.
La experiencia no solo ha transformado la vida de los niños acogidos, sino también la de sus hijos biológicos, de 9 y 16 años. “Nuestro hijo menor ha despertado un fuerte instinto protector, y uno aprende con ellos: a peinar, vestir, entender... adaptarse es también un acto de amor”, reflexiona.
Desde el ámbito de la salud mental, la psiquiatra infanto-juvenil Natalia Franco, del Hospital Provincial del Huasco, destacó la importancia del acogimiento temprano: “La vinculación con un otro en los primeros años de vida es clave para el desarrollo psíquico y una salud mental estable. Aunque no sean parte crónica de su vida, una relación afectiva significativa puede marcar profundamente el futuro de un niño”.
El proceso no ha estado exento de desafíos, pero ha sido acompañado por el Servicio. “Sabemos que, si lo necesitamos, tenemos apoyo psicológico. Lo importante es haber entregado amor, herramientas y valores. Queremos seguir acogiendo. Tenemos mucho amor para dar”, concluye Sindy.
Para conocer más sobre el programa y postular, se puede visitar el sitio web del Servicio: www.servicioproteccion.gob.cl.