En un gesto que marcó distancia, el pasado viernes el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, intentó comunicarse directamente con el presidente Gabriel Boric, pero el contacto fue derivado al canciller Alberto van Klaveren. La decisión obedeció a mantener la formalidad diplomática entre pares, , lo que contrasta con la versión oficial de Presidencia, que insiste en que “los presidentes de la República se contactan con presidentes o primeros ministros”.
Pese a ello, el canciller reconoció que sí hubo una conversación con Rubio y que, aunque no podía revelar los detalles, fue “cordial, amable y amistosa”. La cita originalmente estaba planeada para marzo, pero no se concretó por problemas de agenda del funcionario estadounidense.
El trasfondo de estas tensiones radica en la posición crítica de Chile ante las acciones del gobierno israelí en Gaza. Durante su reciente Cuenta Pública, Boric anunció medidas como el retiro de agregados militares en Tel Aviv, la exclusión de Israel de FIDAE y una ley que prohíbe importar productos de territorios ocupados ilegalmente.
En declaraciones a T13 Radio, Boric defendió estas acciones como un “tema de principios”. Expresó su rechazo a la violencia en Gaza y subrayó que, pese a la distancia geográfica, la situación debe conmover a la humanidad. “Se han asesinado a más de 57 mil personas, la mayoría mujeres y niños”, afirmó.
Esta controversia no es aislada. En marzo de 2024, el presidente de Israel, Isaac Herzog, también había intentado contactar a Boric sin éxito.