El pasado 2 de diciembre, el Tribunal de Tucumán en Argentina, condenó a 17 años de prisión a un policía argentino que salió a vengar el abuso de su hija y terminó asesinando a un joven inocente.
El hecho, que ocurrió el 4 de diciembre de 2021, fue calificado por la fiscalía como “una cacería humana”, la que terminó con Yonathan Caro muerto y una mujer con una herida en la oreja.
Pese a que la fiscalía solicitaba una pena de 25 años, los jueces Isolina Aspas Pérez, Fernando Zottoli y Lucas Taboada lo desestimaron. Al igual que la solicitud perpetua que había requerido la querella en representación de la hermana de la víctima.
Si bien, los jueces concluyeron que el policía salió a matar, desecharon la pena de más de 20 años ante la falta de atenuantes y justificaron su actuar con que se dejó llevar por el relató su hija y porque había enviudado hace poco tiempo.
El ahora expolicía se encuentra recluido en el penal de Villa Urquiza desde el 6 de diciembre, día en que confesó el crimen en Argentina.
“La cacería”
El policía identificado con las iniciales A. D. habría llegado a su domicilio cerca de las 5 de la madrugada, momento en que su hija de 13 años le señaló que había sido abusada por un tal “Nahuel”.
En ese momento el policía junto a su hija salió en búsqueda del abusador. La primera dirección correspondía a Rodrigo Cáceres, a quien en primera instancia habían identificado como el acusado, pero no encontró a nadie
Tras ello llegó al domicilio de Adriana Aragón, donde supuestamente vivía la persona que buscaba, pero tampoco estaba.
Pese aquello, el policía insistió en que “Nahuel” estaba ahí, disparándole a Aragón con su 9 milímetros, bala que por suerte rozó su oreja.
Tras lo ocurrido llegó hasta la tercera y última casa, donde estaba Yonathan junto a su pareja.
Ante la llamada del policía, la víctima se acercó hasta el ventanal momento en que recibió un disparo en su pecho.
No fue hasta dos días después que se entregó y confesó el crimen ante la justicia.